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54 Como el hambre era más y más fuerte, muchos de los que defendían el templo se fueron a sus casas, y sólo quedaron unos pocos para defenderlo.

Dios ayuda a su pueblo

55-56 Antes de morir, el rey Antíoco Quinto le había pedido a un tal Filipo que educara a su hijo, también llamado Antíoco, para que fuera rey. Pero cuando Filipo regresó de Persia y Media con el ejército del rey, quiso quedarse con el reino. Al enterarse de ello, el general Lisias

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